Tomamos un bus que nos dejó justo en la entrada del Aeroporto Internazionale Marco Polo di Venezia.
Terrible susto nos llevamos al ver la fila que había para hacer el ckeck in! Aparentemente, muchos tenían exceso de equipaje y a éso se debía la demora... Nosotros ya nos habíamos preparado para ello y cargamos al máximo nuestras mochilas para liberar lo más posible las valijas (incluso llevábamos la cámara de fotos colgando) y, por suerte, no nos pasamos ni un gramo.
Pero lo mejor fue que llegamos a tiempo para abordar tranquilos al vuelo que nos llevaría a una nueva ciudad: Barcelona!
Una vez que llegamos a Barcelona (y ya con valijas en mano) buscamos nuestras Barcelona Card en Informes del imponente aeropuerto.
Un tren más un metro fueron necesarios para llegar a Plaza Catalunya, zona donde estaba el Hotel Pulitzer, donde nos hospedaríamos.
El transporte en Barcelona resultó una maravilla y el haber adquirido la tarjeta de la ciudad con viajes ilimitados durante 5 días fue la mejor idea ya que le sacamos todo el jugo posible.
Del hotel hay que decir que tanto la atención como las instalaciones son geniales. Qué decir de la ubicación... la mejor!
Después de un rápido check in (que incluyó un saludo muy amable deseándonos una linda luna de miel), dejamos las valijas y partimos a conocer la ciudad!
Recién llegábamos a la ciudad pero nos sentíamos súper cómodos y en una ciudad muy alegre.
Luego de algunas vueltas, paseando por La Rambla, vimos una genrte tomando algo en unos copones muy tentadores por lo que decidimos sentarnos y tomar algo nosotros también en esas copas inmensas... Así llegó el primer brindis del día... no sería el último!