La plaza está dominada por una columna de 36 metros de altura que tiene en la cima al Arcángel Gabriel sosteniendo la Santa Corona de San Esteban. y la cruz apostólica Junto a esta columna está el memorial donde se rinde homenaje a la tumba del Soldado Desconocido.
Este parque tiene de todo... Mucho verde, lagos artificiales (en invierno, hay pistas de patinaje), un circo y un zoológico. Además, incluye el Castillo de Vajdahunyad que está restaurado siendo respetada su forma original.
No sólo la ambientación de este bar es lo que nos gustó sino que, además, tenían en cada silla una manta de polar para que uno pueda cubrirse si tenía frio... genial!
Es un edificio impresionante y, como si fuera poco, da a orillas del Danubio... Así da gusto trabajar!
Es el tercer parlamento más grande del mundo después del de Rumania y el de Argentina...
Los zapatos representan a los judíos húngaros llevados hasta algún punto de la orilla y que luego de ser fusilados caían al Danubio.
Hay unas placas que dicen en distintos idiomas algo así: "A la memoria de las víctimas asesinadas y arrojadas al Danubio por militantes del partido nazi húngaro entre 1944-45".
Pedimos unos tragos para hacer un brindis y también pedimos una Palinka, la bebida típica de Hungría. Tiene unos 37° de graduación alcohólica que comparado con lo que pedimos en Praga y sus 75° no parecería nada... pero era terrible!
Si van al Spoon, no se pierdan una visita al baño, el paisaje que se ve desde sus ventanales es único.
Después, hicimos una parada rápida para comer algo y nos fuimos para el hotel a descansar. Nos esperaba el último día en la ciudad y lo queríamos aprovechar al máximo.