Arrancamos el día desayunando en un lugar muy curioso... mezcla de bar y heavy metal...
A pocas cuadras de ahí, queda la Basílica de San Esteban (Szent István bazilika), la iglesia más grande de toda Hungría. Es un edificio simple pero imponente y su cúpula se observa desde varios puntos de la ciudad.
Uno de los emblemas de la Avenida Andrássy es el edificio de la Opera. Su fachada está adornada con estatuas de importantes compositores como, por ejemplo, Beethoven, Mozart y Verdi.
Estos almacenes incluyen una mega tienda de libros, una importante tienda de vinos y también cuentan con un lindo bar.
El lugar donde está ubicado el museo es un antiguo cuartel ocupado por los nazis húngaros y, posteriormente, por los militantes comunistas. Muchas personas fueron allí detenidas, torturadas y asesinadas.
En la entrada, algo impactante: un tanque alemán de la Segunda Guerra Mundial...
Se pueden ver aún algunas celdas de aislamiento y salas de interrogatorio. Es estremecedor ver esas celdas, algunas tan estrechas donde sólo cabían parados y otras con techos muy bajos para permanecer sentados... Si uno de los objetivos de esos calabozos era desesperar a los prisioneros, seguramente lo lograron...
En cada nueva sala que ibamos cruzando encontrábamos un folleto (en ingles) con una breve explicación de lo que estabamos viendo con lo cual uno puede recorrer este sitio aún sin conocer en profundidad la historia del país.
Es una experiencia muy interesante, por momentos fuerte. A no perderse una visita a la Casa del Terror si se está por Budapest para conocer la lucha del pueblo húngaro contra el nazismo y el comunismo...